Sunset Cannon Ceremony

Ni siquiera estando encima de ella, en el Castillo del Morro, puede imaginarse el visitante, que una pequeña cala, preciosa, con un atardecer único, pueda esconderse a dos pasos, con solo bajar una vereda que nace en el camino que lleva a la fortaleza. Eso para los turistas, porque por el otro extremo, una carretera perfectamente asfaltada lleva a los cubanos que la conocen a pie mismo de arena. Y nosotros, como viajeros, más que turistas lo que nos apetecía, aparte de refrescarnos y soltar el calor santiaguero era mezclarnos con la gente, vivir su domingo y hablar con ellos, y eso hicimos, tres judías blancas flotando entre un cocido de frijoles. Y es que claro, destacámos con nuestras pieles blancas frente al precioso color de los cubanos. La playa, natural como hacía tiempo que no veía ( véase Isla Mauricio) nos regaló un rato de relajación, y un atardecer único, sólo interrumpido por el paso de los aviones que se dirigían al cercano aeropuerto de Santiago. A los lados, los pilares y las murallas de la fortaleza. Toda una joya...

Not even being above it, in the Morro Castle, visitors can imagine that a small cove, beautiful with unique sunset, can hide two steps, just go down a path that is born on the road that leads to the strength. That for tourists, because on the other end a perfectly paved road leads to the Cubans who know foot of sand. And we, as travelers rather than tourists what we wanted, other than refresh and release the heat Santiago was mixing with people, live your Sunday and talk to them, and we did three white beans floating in a stew of beans. And that of course, we emphasize with our white skins opposite the beautiful color of the Cubans. The beach, natural and long time no see (see Mauritius) gave us a moment of relaxation, and a sunset only, interrupted only by the passage of airplanes headed to the nearby airport of Santiago. On the sides, the pillars and the walls of the fortress. A jewel ...